Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.

—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".

jornada laboral

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A todo esto le vence el tedio y las repeticiones,
los mismos pliegues y las mismas esquinas, la misma
proporción de sal en la saliva, idénticas
cantidades de desconsuelo en las miradas.

A todo esto le puede las rutas aprendidas,
los olores familiares de las barras de los bares,
los ecos tatuados en los tímpanos, de tan comunes.
Le puede las estaciones, los tornos y los horarios.

Le gana, a todo esto, la luz del fluorescente,
la corriente alterna que continúa, el labio
que ya no hiere como mordía.
A todo esto le gana la desgana transitoria.

Pero se salva, por fortuna, por el horizonte
que se aleja al mismo paso que tus pasos.
Se ilumina por la promesa del abrazo partido.
Se redime con el augurio de una lluvia venidera.

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Unemployed2(1)

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Esta entrada fue publicada el abril 14, 2015 por en Lecciones de anatomía para suicidas inexpertos.
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