Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.

—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".

casi invisible

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Estoy practicando el arte
de la invisibilidad
para cuando sea inevitable
la solidificación
del silencio,
para cuando la distancia
se eleve a la potencia
del tiempo.

Empezaré por borrar mi sombra
de paredes y ventanas,
por difuminar el contorno
de las certezas.
Luego, ya, concentrarse
será suficiente
para que la luz atraviese
—primero velada
por la materia translúcida,
después filtrada apenas
por una neblina ligera—
mi carne y mi argumento.

Desvanecido a la claridad
recorreré las calles
huyendo de los escaparates
y de los chaparrones.
Te rondaré impreciso
a la distancia prudencial
del olor de tu pelo
o de tu indiferencia.

Regresaré, presto
—la condición de etéreo
se pierde con el roce
constante de la lágrima—,
a echarme la noche negra
a las espaldas,
a calzar zapatos de lluvia
con cordones de escarcha.

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Esta entrada fue publicada el abril 16, 2015 por en Lecciones de anatomía para suicidas inexpertos.
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