—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
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El tiempo como una cuerda
tendida de izquierda a derecha.
Un remedo de horizonte
con sus cordilleras y sus nudos,
con tramos destrenzados
amenazando el desgarro.
El tiempo como el cable
a medio tensar del funambulista.
Tus brazos la pértiga, cada paso
el día, las estaciones,
o el desequilibrio,
contrayendo, dilatando el hueso
hasta asomarse al crujido.
El tiempo como la soga
que cuelga del travesero
con un lazo corredizo
y una silla como pedestal.
Como el hilo del péndulo,
como el sedal, el pespunte.
Como el muelle de la cuerda
del reloj.
O del juguete.