—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
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Miro a través de una rodaja de limón
y veo la majestuosa vidriera
de una catedral.
Dios y la luz
—acaso la misma cosa—
untando el caos de belleza,
sin necesidad de ordenarlo.
Una gota de mi sangre
cae en la pila llena de agua.
Enseguida extiende sus alas.
Me pregunto si acaso
mi torrente sanguíneo
no esté habitado
por colibríes prisioneros.
La calle desde mi ventana
es una vía láctea
superpoblada de peregrinos
buscando, con la boca abierta,
un pedacito de invierno.
Cubro el cristal de vaho,
y con el índice de la izquierda
grabo un lunar en tus labios.
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