Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.

—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".

LXXXI


 

_

_

_

Entrar y sentarse en una silla,
a hablar con la gente, a beber,
a ver cómo otros hablan.

Eso significa, entre otras cosas,
olvidar todo lo que acontece
en el resto del mundo. Elegir ver
esa voz que apenas suena. Entresacar
la circunstancia aislada
de un momento
entre los millones de momentos
simultáneos.

Debe, todo eso, tener un nombre.
O, por lo menos, un motivo. O no.
Yo lo ignoro. Yo no sé cómo se hace.
Yo no tengo ni idea.

Sólo se me ocurren nimiedades.
Por ejemplo, justo en este momento
me parece ver a Hipócrates, sentado,
con gafas y pajarita, tomando vino,
diciendo con tono grandilocuente
que es nuestro deber irrenunciable
no ser unos mierdas.

_

time_to_choose_the_bridge_by_ateist_kleranty-d8r9432

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Información

Esta entrada fue publicada el febrero 13, 2016 por en intentario.
Follow Tus ojos, mis manos, y otros desiertos. on WordPress.com

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

Únete a otros 490 suscriptores
A %d blogueros les gusta esto: