—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
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Escribir una voz antigua
de pie, desde lo alto de un muro
que delimita dos espacios diferentes.
Escribir el equilibrio para no caer
a ninguno de los dos sectores,
o en los dos simultáneamente.
Escribir el paseo por ese camino
de quince centímetros de ancho.
Ver un niño a cada lado
de ese muro, ocupados ambos
en meter un brazo
por el mismo agujero,
cada uno desde su lado del muro.
Escribir que parece que cada uno
de ellos mete su brazo en el hombro
del otro, de tal manera que,
de no existir la pared,
los niños parecerían
dos hermanos siameses, soldados
por el hombro o el antebrazo.
Escribir hermanos. Escribir soldados.
No escribir nunca más siameses.
O no hacer nada de eso, y dejar
que los muros hagan su función:
defendernos de los campos,
defendernos de los hermanos
y eliminar todos los horizontes posibles.
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