Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.
—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
14/02/2017 (2)
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De repente, te has levantado
y te has puesto a perseguir
una sombra que es la tuya.
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Has apuntado una honda
al orificio de tu ombligo
con la órbita de tu dedo.
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Hay dos tipos de personas
—gritas—, las que son esperadas
y las que, como tú, esperan.
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Las que giran la cabeza,
nerviosas, disimulando
el quicio de la impaciencia,
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las que buscan la silueta,
el aire, el parecido
en todas las formas móviles.
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Y las que llegan
disipando la niebla
poniendo en valor la espera,
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revalorizando la esfera
del metrónomo, la arena
del cronógrafo.
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De repente, has vuelto a sentarte
y has dejado que tu sombra
se confíe.
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Tus ojos, mis manos, y otros desiertos. 