—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
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Digo déjalo en mis manos
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y hablo de todo ese humo
que la palabra disipa,
de la crecida de la marea
y de la germinación
de tu piel erizada.
Hablo de retorcer el verbo
hasta amoldarlo a tu cintura,
y de liberar los caballos
empalados en el tiovivo.
Hablo de eso, de descontar horas
y construir techos para mojarse
con cualquier lluvia.
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Digo que lo dejo en las tuyas
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y digo de la intendencia del aire,
de la mecánica del aliento,
del empecinamiento
de los anillos de los árboles.
Digo del freno leve
a mis abismos y mis renglones.
Digo de la tormenta suave
de tu pelo sobre mi hombro,
de tu hambre, de mi sed,
de la raíz de la incertidumbre.
Digo pronto, digo eso,
digo mientras, digo ahora.
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Digo que lo fiemos a nuestras manos
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para domar los laberintos
erizados de agujas de relojes,
para imantar la piel,
para que se cuenten ellas
lo que nuestras cuerdas vocales
no llegan a imaginar.
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