Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.
—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
marea
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Me alejo y soy un archipiélago.
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Disperso, irregular, con las olas
afilándome los acantilados.
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—unos zapatos tirados de cualquier manera
en el suelo del salón: islotes gemelos—
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Sopeso la posibilidad del naúfrago
deforestando su voluntad de huída
antes que la oscuridad de la selva
o la certeza lunática de la marea.
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—así se enreda el mar en cenefas de espuma
en cada pliegue aleatorio de tu sábana—
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El cielo es ya un paladar coralino
amordazado por las constelaciones.
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Me acerco y se va mutando
la roca en arena, el miedo en galerna,
mientras contemplo la velocidad
a la que se desplazan los edificios.
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Tus ojos, mis manos, y otros desiertos. 