—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
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Pongamos que sea ese un fuego
que no se apague con el agua
ni con la arena. Que sea
una lumbre primigenia,
de corazón de planeta,
que resiste impasible
a la marea y al desaliento.
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Pongamos que sea esa la llama
de los santos, de los amados,
de los malditos, de los silentes.
O de ninguno de ellos.
Una brasa que duerme
apenas sin aire, un tizón
que resiste la lluvia y el tiempo,
una chispa callada y discreta.
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Pongamos ese incendio contenido
en tu voz, en tus manos,
en tu pelo, en medio
de tus piernas, en la estopa
presta de tu silencio, en la sal
cuajada de tu lágrima.
Pongámoslo en tus alas remendadas,
en tu sudor de almizcle y de resaca.
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Pongamos ahora que pedimos
que ese conato se propague.
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