Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.
—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
charco
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Tírame una piedra. Soy un estanque.
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Te voy a devolver un chapoteo
más o menos tranquilo. Un descenso
casi ingrávido, un aterrizaje callado
entre bruma de arena.
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Y un número indeterminado
de ondas concéntricas
que vayan buscando en la orilla
tus pies mojados.
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Con suerte, rebotará un par de veces,
la piedra. Antes de hundirse. Un milagro.
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Tírame una piedra. Soy un estanque.
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Pero no me preguntes
por los pecios y las bicicletas
que descansan entre el limo de mi fondo.
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Tus ojos, mis manos, y otros desiertos. 