Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.
—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
andando
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Llegó andando a los límites del infinito
contando todos los granos de arena
y hasta el último cristal de la nieve.
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Se sentó cerca del borde y estuvo
un buen rato lanzando algunas piedras
a esa laguna oscura y antigua.
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En su memoria, las ondas concéntricas
nunca alcanzaban la orilla. Nunca
hacían otra cosa que no fuera superponerse.
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No había ruido: pero él lo oía todo.
No hubo luz: él veía todos los detalles.
Ni siquiera existía el metrónomo del tiempo.
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Regresó andando a su centro del mundo.
Se metió en la cama con los ojos abiertos
y durmió escribiendo la historia del hombre.
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Tus ojos, mis manos, y otros desiertos. 