—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
Una campana, un aullido, una sirena,
una pena, un bronce vibrando, un zumbido,
pasos bajando apresurados una escalera,
una astilla del fémur al tronzarse,
un chirrido de neumáticos, la algarabía
de la multitud previa al silencio del trueno,
una pausa publicitaria, el combate
cuerpo a muerto, el cuchillo entre los clientes,
así va, ya sabéis: los libros como lápidas,
los lápices como estacas, las estatuas como espejos,
las espuelas en los huesos, los yesos agrietados,
los agrios sabores del olvido en las esquinas,
las esquirlas de cristales aterrizándonos,
los cristos aterrorizando los rosetones,
las púas de las rosas hiriendo las empuñaduras,
las gotas de sangre desempañando las morales,
los murales donde se escribe el hombre,
la consecuencia de un hombro que recibe
una carga, una urgencia, un proyectil proyectado.