—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
Son las tres y once
de la madrugada.
Regreso a casa.
.
En un semáforo,
una mujer que no eres tú
se baja de un coche que yo no conduzco.
Da un portazo, le grita al chófer,
y camina por la acera
con los brazos cruzados sobre el pecho.
.
Tal vez llora,
pero las luces de los coches,
de las farolas,
de los escaparates,
no me dejan ver su cara.
.
Arranco, conduzco a su lado,
a su ritmo, no preguntéis por qué.
Bajo la ventanilla, pero antes de decir
nada
ella se da cuenta y me muestra,
extendido, su dedo corazón.
Tal vez dice algo,
pero no alcanzo a oírla.
.
Acelero
y por el retrovisor veo
como el tipo del coche
vuelve a recogerla.
.
Ella levanta la cabeza antes de subir.
.
Tal vez llora,
mientras las luces de la calle,
de los cristales,
de los intermitentes,
no me dejan encontrar mi puerta.
.