Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.

—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".

candela

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No.
Sabes que ya no será el momento
de sacar conclusiones,
de hacer balance,

de elegir el procedimiento:

el coche lanzado a toda velocidad;
el frasco vacío con el brillo del fluorescente;
el salto al abismo, el gas, la cuchilla
y el agua caliente; la soga; o la explosión
interna; el oscuro dolor que se extiende;
el lento apagarse de cada candela.

No.
Sabes que no habrá tiempo
de pensar en lo que dejas,
de repasar lo que queda.

o en lo que olvidaste:

haber estado atento a los destellos,
las palabras adecuadas en el oído preciso,
no haber ahorrado nada, no pensar antes
que las maletas son el lastre,
que lo que guardas dentro es candidato
al quiste y al pus; que el equilibrio es
no caer, pero tampoco nunca volar.

No.
Cuando se te acabe el tiempo,
cuando el tiempo decida, o tú decidas
que ya no es tiempo,
ven y toma tu estúpido tiempo
y malgasta lo poco que te quede.

Y maldice no haberlo derrochado antes.

Y algún rato,
conmigo.

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morgue

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Esta entrada fue publicada el junio 16, 2015 por en Lecciones de anatomía para suicidas inexpertos.
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