Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.

—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".


 

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______________ XL

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Se pasó, la tormenta, toda la tarde amenazando
(aparato de viento, fuegos artificiales,
convulsiones de la arboleda…)
y no cayó ni una sola gota. Fanfarroneaban
los truenos y la gama de grises
con descargar, a bloque, tantos metros cúbicos
como fueran necesarios para convertir el mundo
en un único mar. Para medir los rumbos en aires
y la ligereza en nudos.

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No hizo falta, asomó el sol bajo un telón,
fanfarrón, como diciendo: aquí estoy, ahora me voy,
pero porqué a mí me da la gana.

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Mientras, yo leía, calculaba velocidades
y profundidades ficticias, fondos abisales
y paseos submarinos.

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Se fue, la tormenta, humillada, y yo seguí seco
de tantos días sin verla.

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tormenta

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Esta entrada fue publicada el agosto 29, 2016 por en Uncategorized.
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