Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.

—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".


 

_

_

_

UN HOMBRE mira por la ventana
a un niño que, a su vez, le mira a él
desde el otro lado de la ventana.

_
La ventana es una máquina del tiempo.
Con las persianas subidas
del todo. Sin cortinas.

_
El pasado —por duro, por lejos,
por frío cómo sólo siente frío un niño,
por doloroso— y el ahora —por plano,
por nimio, por resignado—, separados
por una delgada lámina de cristal.

_
Un cristal es también un espejo
más o menos transparente. Sobre todo
si no hay luz en el interior.

_
Un hombre mira en su pantalla
a un anciano que, a su vez,
va desapareciendo en el otro extremo.

_
Una pantalla no es nada. Es un modelo,
una patente. Unas cenizas aterrizando
en silencio.

_

240_f_108494609_xktv3qgylplda6eyjbfd9lu2iqfvlqcz

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Información

Esta entrada fue publicada el septiembre 23, 2016 por en Uncategorized.
Follow Tus ojos, mis manos, y otros desiertos. on WordPress.com

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

Únete a otros 490 suscriptores
A %d blogueros les gusta esto: