Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.
—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
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POR DEBAJO del griterío
habita un zumbido
del cual no sabemos
hasta que cesa.
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Una suerte de niebla sonora
que armoniza en el cráneo,
en el tímpano
y en el paladar.
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¿Cómo es, entonces, el silencio?
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No hay calma en ese coro
de insectos y calderas.
No hay paz en ese eco
incesante.
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Grítalo. No, mejor cuéntalo.
No, mejor escríbelo
sin que el lápiz
emita ningún sonido
al rozar el papel.
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Imagina el viento sin ruido,
tus pasos sin ruido, la multitud
sin ruido, sin ruido tus latidos.
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Y conserva el silencio
del estremecimiento.
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Tus ojos, mis manos, y otros desiertos. 