Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.
—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
hoy
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Qué día es hoy?
uno cualquiera, pienso,
intentando beber
etapas y distancias,
ratos que caduquen
obsoletos en las esferas.
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vuelve la ventana vacía
obligada por la transparencia
laxa y blanda de la tarde,
vuelve el teléfono mudo,
el silencio espeso
royendo las entrañas del dia
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anochece, entonces, como quien tose
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se detienen las luces,
urden una telaraña,
bucean en la retina
irradiando su contraste,
refulgen sin sentido
torciendo las voluntades
en los pasos de peatones.
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acostumbrar los ojos a eso:
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los ojos a esa intermitencia
obligada del tráfico y el farol,
sonrisa de tren subterráneo
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te imagino entera y leve
rompiendo la niebla,
abriendo brechas en el hielo,
negando los cataclismos,
como quien recoge jirones
olvidados en las aristas
saladas de las piedras
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decido seguirte
en mi paseo imaginado
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los semáforos tiñen;
oro, hierba, sangre;
secundando tus pasos
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peleo, al fin, con el recuerdo,
otorgo un metro a tu sombra,
releo los posos del almizcle
tamizado en la memoria,
acumulo capas y letras y copas,
legislo contra el olvido,
escribo en todos los posavasos
sobre nuestro morse a medida.
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Tus ojos, mis manos, y otros desiertos. 