—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
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Pedir asilo político
en una sala de espera.
Ser un habitante más
en cada silla de plástico,
con la vista clavada
en las baldosas del suelo,
o en el dispositivo electrónico.
Adaptarse a esa constitución,
a ese marco jurídico:
mostrar únicamente
gestos de desaprobación
o de impaciencia, estirar
el cuello al taconeo del pasillo,
no cruzar con nadie la mirada,
amoldar tu espalda
a la curva del martirio, censurar
cualquier indicio de amabilidad.
Morar ahí, enraizar ahí,
hasta que te llaman por tu nombre,
por tu número, por tu gen.
Alzarse, mirando de cerca
las líneas de las manos.
Arrastrar los pies, andar mal.
Contar las horas hasta verte.
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