—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
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enterradas las manos en la madera
ven crecer a su alrededor los anillos,
aguardan la incertidumbre del hacha
penetrando en la costilla y la falange,
ofreciendo carne al metal, tendón al humo,
renegando de un hastio antiguo,
asumiendo un futuro volátil y oxidado
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estatuas de raíces impasibles al vendaval,
los nudillos como calaveras mordiendo el suelo
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susurra en el tímpano una madera rota,
un soplido complejo, un desierto ambiguo
devastado de oasis, con el filo mellado,
olvidando doblarse hasta el crujido,
royendo las esquinas del laberinto
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enterradas en la tormenta, las manos,
naufragando a un metro de la orilla
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tú me observas mientras todo eso ocurre,
urdimos una red de miradas eléctricas
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pienso en el día en el que te ofrecí las manos,
ilumino cuando recolectaron tus lágrimas,
eran días recién nacidos a nuestro mundo,
las velas hinchadas, aún hoy, con ese aire.
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