Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.
—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
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Hay días en los que el viento se ausenta,
abdica de su cometido, niega
bailes a las faldas y a los cabellos,
inmóvil, recorta el borde de las sombras
tras los pasos de los transeúntes
afilando el contraste en las aceras
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en esos días las nubes están pintadas,
naves varadas en la calma
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en esos días el alma pesa,
lastre en los zapatos del viajero
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hay días en los que el viento cesa,
únicamente sopla entre las costillas,
entre los huecos de los dientes, en las
cuencas de los ojos selladas,
obstinadas en el cuero del párpado
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días de serenidad incierta, de sosiego
efímero en el labio y en el pulso
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lacerante locura de horizonte plano,
ausencia de aristas o de oleaje
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viento vacío vedado en vano,
estigma tiznado de quietud,
nave destripada en la orilla reseca,
trampa perfecta de duna de hielo,
acaso mañana tiemblen las hojas,
nazcan temporales en las pestañas,
acudan las lágrimas de polvo y de cometas.
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Tus ojos, mis manos, y otros desiertos. 