Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.

—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".

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y sabía el viento

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lo que piensan las estatuas;
ojos de mármol sin pupila,
sellados labios de granito

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que sea la lluvia y el aire,
un único movimiento posible
en la piel de la escultura

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temen acaso ese cáncer
incesante de la roca,
entonan acaso el quejido
narcótico de la grieta
en los capiteles, en la hiedra
naciendo verde en los poros

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la estatua sabe del viento,
ordena su sonrisa hierática,
se deshace en polvo y arena

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ofrece entonces, extasiada,
jirones de ropa de piedra,
oquedades que se vacían
segregando sal y óxido

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la quietud callada del bronce,
la vocación solemne de campana,
envidia pétrea de los árboles
navegando ramas y hojas,
olvidadas las raíces,
sepultados los cimientos

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detienen tal vez su erosión
esperando abolir el gesto

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a veces se conforman
rotando las sombras,
extendiendo alas grises,
nunca, sin embargo,
alcanzaron a  respirarte

_

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Esta entrada fue publicada el julio 21, 2017 por en Uncategorized.
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