Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.
—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
subterráneo
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Primero fue un beso subterráneo
seguido de humedades y portales,
excesos de lluvia, camas fractales,
dosis de hormigueo subcutáneo.
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Luego el amanecer simultáneo,
las tardes sin espinas ni zarzales,
los bares, los andenes, los ojales
abrochando las pieles al cráneo.
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Llegó la intermitencia, los retales
doblados de un relato incandescente
limándole aristas a los cristales.
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Aprendimos esa espera inconsciente,
en el vientre fundiendo los metales:
la impaciencia hasta el miércoles siguiente.
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3 comentarios el “subterráneo”
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Tus ojos, mis manos, y otros desiertos. 
Soneto a las esperas y a los encuentros, circunstancias que se instauran a veces en nuestras vidas para crecer o menguar, pero nunca para dejarnos igual… Precioso, poeta.
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Gracias, Raquel. Un abrazo.
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Gracias a ti también 🙂
¡Otro abrazo!
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