—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
_
_
_
La teoría general de los vagones
se enuncia, más o menos, así:
_
─ Ante un vagón absolutamente vacío
el pasajero ocupará cualquier asiento.
_
─ A medida que el vagón se vaya llenando,
cada ocupante usará un asiento
tan lejos como pueda de otro pasajero.
_
─ Si alguien, a pesar de haber
asientos libres, se sienta junto a ti,
puede ser, por este orden:
un loco, un paria, o el amor de tu vida.
_
─ Si todos los asientos están ocupados
el viajero se mantendrá de pie,
en la plataforma, mirando al suelo.
_
─ Queda terminantemente prohibido
cruzar la mirada con otro pasajero
durante más de dos segundos.
_
─ Es poco aconsejable mirar
por las ventanillas: además
del paisaje muestran tu reflejo.
_
─ Son altamente recomendables
todos los dispositivos de distracción:
teléfonos, auriculares… Libros no:
pueden inducir a mirar al techo.
_
─ Todos los pasajeros están apremiados
a atesorar la inercia que acontece
en cada arrancada, en cada frenazo.
_
─ Es obligatorio, al llegar a su parada,
que el pasajero muestre reverencia
a la guillotina de las puertas.
_
─ Al abandonar el vagón, el pasajero
nunca buscará, entre los que permanecen,
a aquella persona que un día
despidió en una estación, a aquella
que se prometió a sí mismo
no volver a ver nunca.
_
─ Todos los pasajeros serán conminados
a avisar a la autoridad del incumplimiento
de alguna de estas normas.
_