—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
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Teníamos un sofá de eskay
rojo. Papel pintado de flores
y un televisor en blanco y negro
que tardaba veinte minutos
en encenderse.
Teníamos pan con chocolate
mientras volaban almirantes,
mientras los generalísimos
no acababan de morirse.
Teníamos mucho miedo
y pocos libros. Mucha prisa
y poca suerte. Lo suficiente
en la despensa
como para ir tirando.
Y un médico que fumaba
Winston americano.
Yo era el niño gordo
que no tenía hermanos
y sacaba buenas notas
escribiendo con la zurda.
Teníamos un paraíso gris
de hormigón, plomo y asfalto.
Teníamos la ceniza
grabada a fuego en el tuétano
y nos cogía el amanecer
sin canciones ni campanas.
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