Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.
—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
aquí
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No hace frío
en el lugar
desde donde escribo.
No hay luz, tampoco.
Lo poco que veo
lo iluminan mis ojos.
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No hay sonido,
aquí, ni siquiera.
Acaso un temblor
de pulso en la sien
de la fiera dormida.
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No hay ley, ni pan,
ni bien, ni sal,
ni mal, ni agua.
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Aquí sólo habita
la sombra de mi mano
izquierda, tras un cristal
verde oscuro, translúcido,
preguntándome en silencio
si merece la pena.
Apenas susurrando
que me quiere.
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Aquí sólo hay eso,
y un montoncito de yesca
para el incendio venidero.
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Tus ojos, mis manos, y otros desiertos. 