Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.
—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
escena XXVIII
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Imagínate. Yo supe
controlar las mareas con mis manos,
sacarle una voz a un trozo de madera
y apartarle, de un soplo, las nubes a la luna.
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Figúrate. Yo pude
convocar un ejército de dunas en su espalda,
hallar la ecuación perfecta de la sombra
y domarle la lluvia a cada tormenta.
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Créeme. Fui capaz
de detener la rotación del planeta,
de ordenar el curso de las aves migratorias,
de prender una lumbre en su cintura.
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Hice eso. Y sin embargo,
no llegué a reconocer al tipo del espejo,
ni alcancé a domesticar un mísero latido.
Ni siquiera me cuestioné tan poco aliento.
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Tus ojos, mis manos, y otros desiertos. 