—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
A ese rincón se accede
sorteando planetas y señales,
fintando el borde de las sombras,
resbalando por la ladera
del desconsuelo.
Se llega hasta ese claro
por senderos sin rastro en los mapas,
sin buscar, ni siquiera, huellas animales
o musgo en las cortezas calladas
de la desesperanza.
Se alcanza esta cima
engañando a las peñas y a los riscos
con la cacofonía arrítmica de los zapatos,
con el trampantojo sublime
del desaliento.
Se dobla y se cierra la puerta
sin la vocación hereje de los poetas,
sin la nota obstinada del grito
que se descuelga, impenitente y roto,
desde la incertidumbre.
Se escapa uno de esos lugares
acabándose el vaso, respirando
tan hondo como no recordaba,
mirando a ambos lados de la calle
antes de cruzar.