—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
Envidio a los que se rompen
al primer golpe.
A los que se deshacen, se hunden
y suscitan a su alrededor
una telaraña de solidaridades.
La fragilidad es su fuerte.
Hoy se ha roto un vaso, en casa.
Diría que sin motivo aparente:
un crujido, encima de la mesa
—como reafirmando mi estupidez—,
y una grieta de arriba a abajo
lo ha vuelto inútil para su cometido
y peligroso para los labios.
Envidio también a los que aguantan
todos los temporales.
A los que se mantienen firmes,
imperturbables, enteros,
sin torcer ni siquiera el gesto.
Son piedra y ejemplo.
Los peores somos los nimios,
los que tapamos con oro las grietas
—todo está bien, no pasa nada—
fingiendo una fortaleza
ambigua, profética, simulada.
Malditos seamos, poetas.