Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.

—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".

bosques aleatorios




Siguen los caballos empalados en el tiovivo.
No consiguen los faros disipar toda la niebla.
El niño no alcanza la estantería más alta
y al viejo le tiembla un adiós en la garganta.

Camino con todo eso guardado en el bolsillo
junto a los dedos vacíos de los días extraños.
En lo hondo de la carne aún espera un invierno
que no se despierta con la luz de los trenes.

Me siento a escribir la autobiografía de los otros.
A diseñar los planos de los bosques aleatorios,
a redactar el testamento del cielo de tu boca,
a aceptar el no tener más oficio que eclipse.

Luego desaparezco apenas. Catalogo el silencio.
Me deshago en jirones de humo y me guardo.
Se seca mi saliva en los labios del tiempo,
y cosecho el miedo a no tener más que recuerdos.


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Esta entrada fue publicada el noviembre 30, 2022 por en Uncategorized.
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