Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.

—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".

orvallo





Era el tiempo
en el que yo le pedía que me lloviera.

Ella sabía del sol
que sale y sacia y solivianta.
Yo llevaba el orvallo
que llama y llora y destruye.

Todos los bares
tenían un subterráneo con poca luz.

Ella me hablaba
desde lo alto de trancos intransitados.
Yo la arrastraba
a mis profundidades iluminadas apenas.

Seguimos en eso,
en la república de un idioma inventado.

Aunque los días padezcan
de la polisemia contagiosa del silencio.
Aunque la piel de los labios
se obstine en la falsa predicción meteorológica.

Es el tiempo
de cambiar la urgencia por la duermevela.




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Esta entrada fue publicada el diciembre 21, 2022 por en Uncategorized.
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