Tus ojos, mis manos, y otros desiertos.
—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
escena XLVII
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La gravedad es el único dios,
y el tiempo es su profeta.
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Desde VY Canis Majoris
a una gota de mi sangre,
todo se somete a su voz:
lo que cae, lo que pesa,
lo que se sumerge.
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La gravedad es mi señor,
y las aves, sus apóstoles.
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Los zapatos se pegan al suelo
mientras las sombras viran,
se suicida la hoja en la rama,
y un día de estos ya no podré
levantarme.
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La gravedad es todopoderosa,
sólo la palabra escapa,
levita, sobrevive.
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Tus ojos, mis manos, y otros desiertos. 