—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
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Vendrán las horas transparentes y afiladas
resbalando en los cristales de la ventana.
Se retorcerán las manos horadando la tierra.
Hará frío. Repetirán su aterrizaje los candados
y los picaportes. Qué necesidad —pensarás—
tienen las estrellas de posarse en mi espalda.
Qué fijación, la carne, en su obstinado erizarse
ante ese soplo de caricias y relojes.
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Vendrán, sí, los años sedimentando el polvo
excarbando en los huesos y en las heridas.
Ascenderá el humo encrespándose en la pestaña,
llegará el viento pasando páginas y renglones.
Y yo tendré la espalda doblada, los pies doloridos,
como si ya se rindieran, hartos de sostenerme.
Y les seguiré pidiendo a las horas que vengan.
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Que vengas.
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