—«Hace más de trescientos poemas que no escribo la palabra horizonte. Por algo serás». 'Será', en "Pintura roja y papel de fumar".
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promete el viento ser también grito,
imposible emitir sonido en el vacío,
ni siquiera un susurro imperceptible
tejido de calma y silencio
antes de apagar las luces
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en ese preciso espacio habita,
se retuerce entre los tendones,
tensa los arcos y los diafragmas
en el momento en el que sale por la boca,
lame la lengua, muerde los dientes,
acumula decibelios y tornados,
sacude los espasmos de la tarde
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y tal vez te alcance en tu isla calma
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tal vez se pierda en olas y acantilados,
o su tono quede lejos de lo armónico,
rascando la hierba y los matorrales,
batiendo en las puertas y los cristales,
el viento, el grito, mi voz
levantando dunas en tu espalda,
limitando un tiempo que no corre,
intentando cubrir esa distancia,
no a trescientos treinta techos por día,
o a doscientos noventa kilómetros por segundo,
sólo mi grito, de lejos, en tu eco
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